Entre lo Perdurable y lo Efímero

El arte genuino trasciende las modas efímeras, resistiendo el paso del tiempo para convertirse en un diálogo eterno con el futuro, mientras lo superficial se desvanece en el olvido.

8/14/20241 min read

El arte ante el paso del tiempo: Lo que perdura y lo que se desvanece

El arte, al igual que el tiempo, es un juez implacable. Hay obras que, como antiguas civilizaciones, se desmoronan tan rápido como fueron erigidas; pero otras, más raras, resisten, sobreviven y se embellecen con los años. La magia de lo perdurable no radica en su novedad, sino en su capacidad de resonar a través de las épocas. Las modas pasan, se disuelven, pero el arte genuino, ese que toca las fibras profundas del alma, se mantiene inalterable.

Es irónico cómo la novedad, tan alabada en su momento, pronto se convierte en olvido. Y sin embargo, las obras que lograron trascender lo efímero, que se construyeron no para agradar al presente sino para dialogar con el futuro, son las que sobreviven al juicio del tiempo. Como Ogilvy alguna vez sugirió en el mundo de la publicidad, lo que es verdaderamente bueno no necesita justificación: es útil, es bello, y permanece.

Así, el artista que busca la eternidad en su obra no debe preocuparse por lo que está en boga, sino por lo que es eterno. En cada trazo, en cada elección de color y forma, hay una conversación silenciosa con el tiempo. Un diálogo entre lo que hoy emociona y lo que, con suerte, conmoverá dentro de cien años.