Comprensión Social y Rechazo Consciente de lo Superfluo

10/9/20243 min read

En la narrativa tradicional, las personas con síndrome de Asperger, ahora incluido dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA), son comúnmente descritas como individuos que enfrentan dificultades para comprender las dinámicas sociales. Sin embargo, una perspectiva alternativa sugiere que algunos de ellos, lejos de carecer de comprensión, podrían optar por no participar en ciertas interacciones porque consideran que las normas sociales son innecesarias y arcaicas. Esta interpretación invita a replantear la relación entre comprensión y elección en el contexto del Asperger, explorando la posibilidad de un enfoque pragmático y evolutivo ante la vida social.

Rechazo Consciente de las Normas Sociales: Más que una Incapacidad

La interpretación convencional del Asperger se centra en las dificultades para interpretar el lenguaje no verbal y la comunicación implícita, como el sarcasmo, las bromas o el lenguaje corporal. Sin embargo, esto no implica necesariamente una incapacidad total para entender las interacciones, sino una forma diferente de valorarlas. Para algunas personas con Asperger, las complejas normas de la vida social pueden parecer superfluas, una serie de rituales que no añaden valor a su experiencia personal. Por lo tanto, pueden elegir evitar estas interacciones no por falta de comprensión, sino porque, desde su perspectiva, representan una inversión de tiempo y energía que no se justifica.

Perspectiva Evolutiva: Pragmática y Selección de Interacciones

Desde un punto de vista evolutivo, las personas con Asperger podrían ser vistas como individuos que priorizan la eficiencia en sus interacciones. Esto puede traducirse en una preferencia por relaciones sociales que sean directas, lógicas y basadas en intereses compartidos, en lugar de aquellas que dependen de normas implícitas y juegos de poder social. Las convenciones sociales tradicionales, aunque relevantes para la mayoría, pueden percibirse como obsoletas o ineficaces para quienes encuentran más valor en la profundidad de los conocimientos que en la formalidad de las relaciones.

Este enfoque recuerda, en cierta manera, la filosofía estoica y la reciente popularización de la personalidad sigma, en la que el individuo elige centrarse en lo que considera esencial y valioso, ignorando lo que percibe como innecesario. Las personas con Asperger, al identificar ciertos aspectos sociales como superfluos, podrían estar tomando una postura similar, donde prefieren invertir su energía en lo que realmente les apasiona y les proporciona un sentido de propósito.

El Desafío de la Empatía y la Pragmática Social

Las investigaciones recientes han cuestionado la idea de una "falta de empatía" en el Asperger, sugiriendo que esta empatía podría manifestarse de manera más cognitiva que emocional. Esto significa que, aunque algunas personas con Asperger pueden comprender las emociones y las dinámicas de los demás, podrían no sentirse motivadas a participar de forma activa en ellas. Para estas personas, la motivación que impulsa las interacciones sociales tradicionales podría ser menor que la de otros, lo que las lleva a priorizar conexiones más significativas o basadas en la lógica.

Conclusión: Libertad de Pensamiento y Elección Social

Este análisis nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza de la diferencia entre dificultad y elección en las experiencias sociales de las personas con Asperger. Al proponer que algunas de ellas podrían entender las reglas sociales, pero decidir conscientemente no seguirlas, se desafía la percepción de que el Asperger se caracteriza únicamente por una carencia. En su lugar, se presenta como una forma de pensamiento que cuestiona la necesidad de adaptarse a normas que no comparten, prefiriendo una vida más alineada con sus propios intereses y valores. Esta perspectiva sugiere que las personas con Asperger podrían ser, en realidad, exploradores de una nueva forma de relacionarse con el mundo, en la que lo esencial y lo profundo toman precedencia sobre lo superficial.